En un par de días, nos despertaremos con el sonido de fondo de los niños de San Idelfonso, nos anuncian que ya ha llegado la Navidad, al igual que los cohetes y los ecos de Salves nos anuncian por Mayo que la Señora está esperando.
Ahora se acerca unos días entrañables, celebrando el Nacimiento de Jesús, ese Pastor Divino del Rocío que cuando estamos tristes y rezamos a Su Madre el nos mira con su cara sonriente y tan repeinado como siempre lo tiene Su Madre. Son fechas de alegría, de disfrute y gozo. Pero déjenme que también diga que son tristes, el acabar el año nos da pie a hacer balance y balance no sólo del año que acaba, balance de lo que llevamos de vida, de los que ya no están con nosotros.
Por todos esos buenos momentos que la vida nos brinda, que la Virgen y su Hijo nos acompaña y por nuestros seres más queridos que ya disfrutan de esas Marismas azules iran todas mis oraciones estas Navidades.
...y es que el reloj no se para,
es que el tiempo no perdona,
maldita sea la hora
que hicieron que esos momentos
quedaran para la historia...
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